jueves, 12 de agosto de 2010

pensando


La verdad que creo que -a mi- ya se me pasó la primavera “gay frienly” donde además de ser perfectos para la explotación de un mercado, también somos ciudadanos como todos y todas donde nos podemos casar como cualquier otro heterosexual.
Nadie afirmó que todo sería un mar de flores luego de la aprobación del matrimonio, como bien supo llamarlo el gobierno el matrimonio “igualitario” (Nunca mejor pensado, quien podría estar en contra de algo “igualitario”).
Me doy cuenta que la primavera civil para los putos se desvanece en la vida cotidiana. Todavía sigue siendo noticia cuando una pareja del mismo sexo se casa, y los que trabajamos en medios estamos al tanto de lo que va pasando a cada instante. Y también de la homofobia que está ahí nomás a la vuelta de la esquina.
No voy a mencionar donde trabajo, pero puedo dar su características que pueden concordar seguramente con las condiciones de muchos y muchas. Es un medio de comunicación de casi veinte años de existencia, con una patronal totalmente explotadora, donde nos mantienen en las condiciones más horrendas a las que se puede tener a los trabajadores que hacemos día a día “su medio”.
Y la cosa sigue: un medio de características conservadoras, que estuvo y estará en contra del matrimonio igualitario, que está permanentemente en contra de los niños y adolescentes que tienen problemas con la justicia, donde no duda en publicar sus nombres infiriendo que se escapan de los lugares de rehabilitación “para robar nuevamente”. Y donde mirando un canal de noticias, en la tarde del martes 3 de agosto el casamiento de la travesti de Tucumán, el comentario de un fotógrafo fue: “este país da para todo, mirá hasta un trava se casa ahora”.
Ese mismo fotógrafo que delata a compañeros que no siguen las órdenes de la patronal, fotógrafo que me ha visto besarme cuando mi novio que pasa por mi trabajo a dejarme algo para comer o simplemente a darme un beso ya que no nos vemos en todo el día.
Comentario que –como siempre- busca la complicidad de la barra masculina. La cual siempre se encuentra bien dispuesta a despejar cuál es el lugar del macho argentino. Esta vez por parte de un colega que salió a matar putos con su sentencia: “ahora van a empezar a salir todos los que hay por acá, porque acá hay algunos, (de putos estamos hablando). ¿A dónde está? Ah no está acá, se fue para adelante”.
¡Busquemos al puto del trabajo! Total algún cura justifica la ley natural en editoriales dignas de diarios de los conquistadores españoles. Y estos tipos que nunca se metieron el dedo en el culo para disfrutar, por miedo a sentir placer en el ano les importa tres pitos que ahora nos podamos casar, le importa tres pitos que esté bien que nos casemos, que tengamos derechos civiles, les importa tres pitos eso de normalizar parejas para sentirnos incluídos en su sociedad…
El dedo acusador de mi compañero que sabe que yo tengo una pareja que tiene nombre masculino, un fotógrafo facho que sabe que yo me beso con una persona de mi mismo sexo, comentarios que se hacen en mi nuca… ¿Hasta cuándo? Eso fue lo que le pregunté a mi compañero de vida ¿Hasta cuándo tenemos que pedirle a nuestros compañeros el respeto que todos merecemos?
Una de mis mejores amigas me dijo no hace mucho que si llegaba a conocer a mi pareja, que no sabía si se iba a bancar vernos besándonos… no tenés que bancarte nada, realmente no tenés que bancarte nada. Eso sí, no me esperes a comer este martes.
En mi lugar de trabajo además de que pasan estas cosas, y la seguridad de la patronal la ocupan descendientes de represores de la última dictadura militar, también hay solidaridad y buen compañerismo.
Pero ni la normalización de lo que no estaba normado como la unión entre personas del mismo sexo vale para decir que somos un país mejor que hace una semana, como dijo la femenina y no feminista, Cristina Kirchner el dìa de la firma de la ley de matrimonio “igualitario/a”.
Lamentablemente no somos un país mejor. Somos un país con unos derechos garantizados por la ley… pero no mucho mejor.
Obviamente no es lo mismo tener el acceso al casorio que no tenerlo… pero hablemos de la homo-lesbo y trans fobia. De las compañeras trans totalmente excluídas hasta del movimiento gltttbi… hablemos de roles, hablemos de derecho a la identidad de género y hablemos de las cosas que no se pueden legislar pero son necesarias desterrar y cambiar…

1 comentario:

geminis dijo...

Qué buena nota Cris, es complejo el procesoen que se va instalando el respeto y la igualdad. tenemos años de represión, de fachismo encima, estamos llenos de miedos y prejuicios. El inconciente colectivo argentino está tejido de miedo y sometimiento, y la trama está llena de nudos de enfermedad social...no va a ser fácil destejer esa pesada frazada de maltrato acumulado y de falta de amor. pero hay que seguir, cada dia reivindicando el amor, creo que es lo unico que nos puede salvar. Laura