Me llamo Cristián Oscar Jilberto Prieto Carrasco.
Nací el 17 de junio de 1979 en un hospital de la Ciudad de Bahía Blanca.
Soy mucho más de lo que me llamo y del sexo que dice el DNI.
Tengo una hermana mayor y dos padres que nacieron en Chile.
De niñx me gustaba jugar con muñecas, a la mancha, al elástico
y no me gustaba andar sin remera en verano.
Me construí en oposición a todo lo que me obligaron ser y hacer.
Me gastaban por marica, hijx de chilenos y de obrero.
Me gustan los flacos con buen humor, rubios, morochos, con ojos sensibles y manos tibias.
Soy puto y feminista.
Depende con quien esté y si lo amerita digo mi orientación sexual.
Pero como digo una cosa, creo que puedo ser otra.
Amo el gusto a las tostadas calentitas y la manteca derritiéndose en mi boca,
y el té con leche. La pastafrola de dulce de membrillo,
el mate con miel y los besos en el cuello.
Me gusta el guiso en invierno con vino tinto.
No cocino para mi sólo, si somos más, mucho mejor.
Me enamoro y desenamoro con mucha facilidad.
Me gustan los heterosensibles que no negocian con el machismo,
también me gustan para otras cosas.
Me gustan las marikas para la vida y las amistades que saben metamorfosearse.
Soy todo lo que soy y es probable que siga cambiando.
La identidad de mi nacimiento la sé, la identidad de mis viejos también.
Crecí con un padre que decía que a Pinochet había que matarlo de a poco, hacerlo sufrir.
Primero sacarle una oreja, luego la otra. Pero nunca hizo justicia por mano propia.
Marzo es un mes de lucha. Los abriles de cambio hacia el otoño y mayo el mes donde volvimos a decir Nunca Más.
Sin las travas no hay Nunca Más
Identidad maraca, zudaka, pobre y popular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario