sábado, 11 de mayo de 2019

yo me




Me llamo Cristián Oscar Jilberto Prieto Carrasco. 
Nací el 17 de junio de 1979 en un hospital de la Ciudad de Bahía Blanca. 
Soy mucho más de lo que me llamo y del sexo que dice el DNI. 
Tengo una hermana mayor y dos padres que nacieron en Chile.
De niñx me gustaba jugar con muñecas, a la mancha, al elástico 
y no me gustaba andar sin remera en verano. 

Me construí en oposición a todo lo que me obligaron ser y hacer.
Me gastaban por marica, hijx de chilenos y de obrero. 
Me gustan los flacos con buen humor, rubios, morochos, con ojos sensibles y manos tibias. 

Soy puto y feminista.

Depende con quien esté y si lo amerita digo mi orientación sexual. 
Pero como digo una cosa, creo que puedo ser otra.
Amo el gusto a las tostadas calentitas y la manteca derritiéndose en mi boca, 
y el té con leche. La pastafrola de dulce de membrillo, 
el mate con miel y los besos en el cuello.
Me gusta el guiso en invierno con vino tinto. 
No cocino para mi sólo, si somos más, mucho mejor.

Me enamoro y desenamoro con mucha facilidad. 
Me gustan los heterosensibles que no negocian con el machismo, 
también me gustan para otras cosas. 

Me gustan las marikas para la vida y las amistades que saben metamorfosearse.
Soy todo lo que soy y es probable que siga cambiando.

La identidad de mi nacimiento la sé, la identidad de mis viejos también. 
Crecí con un padre que decía que a Pinochet había que matarlo de a poco, hacerlo sufrir. 
Primero sacarle una oreja, luego la otra. Pero nunca hizo justicia por mano propia.
Marzo es un mes de lucha. Los abriles de cambio hacia el otoño y mayo el mes donde volvimos a decir Nunca Más.


Sin las travas no hay Nunca Más
Identidad maraca, zudaka, pobre y popular.




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