viernes, 29 de junio de 2018

no soy



No soy la Perlongher (1) en tacos en la marcha del 25 de mayo de 1972 expulsada al canto de “no somos putos, no somos faloperos, somos de la FAP y de Montoneros”.
No soy la Puig (2) en el año en que se publicara “El beso de la mujer araña”, el mismo año del comienzo de todas las atrocidades.
No soy la Valeria del Mar Ramírez (3), chupada por segunda vez con once travas más en el Pozo de Banfield, el mismo año que Argentina saliera campeón mundial de Fútbol clase 78.
No soy la Jáuregui (4) en la mesa de Mirta Legrand en los primeros años de los noventa, donde puto y sida eran sinónimos.
No soy la Sacayán (5) patenado el conurbano, siempre perseguida por todas las policías y asesinada por un chongo patriarcal.
No soy la MOMA (6) desheredada de su familia, parada en 1 y 64, con petaca eterna para bancar el frío, y hace poco ninguneada a fojas cero en la causa por su “homicidio simple” y por su comunidad lgtbiq local.
No soy un periodista diverso, disidente y copado, solo elijo no cargarle a nadie, a ningunx cercano o lejano toda la mierda que recibí de la heteronorma: en mi barrio, en la escuela, en la iglesia, en mis trabajos pagos, en los no pagos y en las diferentes militancias, activismos y relaciones sexoafectivas. (Nota de esta autora: el día que en mi trabajo se enteraron que no iría por un mes por estar con un cuadro de hepatitis B, hubo pánico porque no sabían si haber compartido el mate, el baño o un beso, los haría portadores).

Tampoco soy una víctima ni de las buenas ni de las malas, ni de las que gustan ni de las que no gustan. Aún no he recibido ningún premio por la paciencia marica a que las cosas mejoren, a que la institución resuelva, a que las personas se den cuenta o caigan en la cuenta, y espero no recibirlo nunca.

La paciencia no es mi característica primordial, por eso he elegido de una buena vez y por todas tenerme paciencia a mí misma: respetarme todas las contradicciones, porque ser marica, trabajadora estatal, aprendiz de yogui, hije, hermane, amigue, amante amorose, geminiana y cabrita es tener una vida de sobresaltos cotidianos.

Elijo no tener que encasillarme en cada cosa que me piden:
- ¿Vos no eras puto y feminista? Sí claro, pero hoy estoy de paro.
-          ¿Vos no eras de los Varones Antipatriarcales? Sí, hace casi diez años y pensaba que era importantísimo serlo.
-          ¡Pero vos no sos el que escribió el libro Fichados, qué libro tan necesario! Sí y hace varios meses que no escribo nada, que solo me dedico a andar en bicicleta 120 cuadras diarias, hacer fuego en la estufa a leña y a soñar con irme un año de viaje por Latinoamérica.

La única diferencia con el resto es que no elegí un antifaz, un disfraz, una cara de normal para pasarla mejor y dar señales de inofensiva.  Realmente soy muy inofensiva para este mundo pero peligrosa para mi misma, cuanto más me conozco más me cuido de mí.
No elegí el papel de la marica blanca progresista y equilibrada: está llenas de esas, que lo hacen mejor que yo, de esas que nos piden calma y tranquilidad, y nos enseñan sus aplicaciones para solicitar derechos por las vías democráticas y online. Y no son solo maricas, también son compañeras y amigas heterosensibles, que de muy buena fe nos interpelan a que por ahí más tranquilas, más comprensivas y equilibradas, las cosas van a mejorar.
Ya hay demasiado encasillade, doblemente identificable para sumar más a la lista.

No soy la marica que le grita macri puto, ni tampoco macri gato. Yo no le tengo bronca a Macri, al FMI, al neoliberalismo, a los políticos de turno, a los que ya estuvieron y a los que estarán, es mucho tiempo destinado en esta existencia tan corta que tenemos. No me sirve gritarle macri heterosexual y con el prefijo Cis, eso se lo dejo a las académicas disidentas que necesitan un desahogo en medio de la rutina.
Me siento más cerca de las maricas que mostraban el culo al poder y que luego de muchos años decidieron no hacerlo más, porque: ¡Por qué mostrarles nuestro culo a quienes no les interesa la analidad? Y que luego interpelaron a todo el movimiento de resistencia para dejar de cantar hijos de puta o la puta que te parió, porque como bien sabemos, eso no es ningún insulto. Me siento más cerca de las putas, de las trabajadoras sexuales, aunque crea que el abolicionismo es la posibilidad de acabar con la explotación sexual. Porque no creo que nadie tenga el derecho a decirle a ninguna colectiva cómo debe hacer para luchar por sus derechos,  cómo debe definirse o cómo debe coger.

-          ¿Pero a vos no te gustaban los choris? Sí me encantaban, pero se me fueron los triglicedos a la mierda, ahora soy ayurbédica.
-          Ahora se hace la abstemia la marica. No, solo que ya tengo menos aguante amega.

Tanto casillero íbamos a tener. Nos piden coherencia a las maricas asalariadas y no se los piden a las maricas entreguistas, y no hablo de esas que entregamos el culo sin preámbulos, sino de las otras: las robledo, las de la capital, la de los cochecitos con bebes de estados unidos y arcoiris en el prime time. Pídanle coherencia a sus compañeros combativos!
Nos piden coherencia a las maricas de las organizaciones populares, nos piden trabajo de base,  y cuando estuvimos juntas con las compañeras esas 24 horas históricas en el congreso, donde conseguimos media sanción, nos acusaron de feministas liberales dialoguistas con el poder.
La marica, la disidenta, la achupinada, la adornada, la fiestera, la petera, la sexópata, la loca, en definitiva: la puta ¡Cómo no tener cientos de motivos para juntarnos con todas las putas y hacer que el patriarcado deje de existir! A las maricas durante muchos años nos dijeron que odiábamos a las mujeres, y a las mujeres que nosotras éramos peligrosas porque nos disputábamos a sus chongos ¡Faltaba más! Se los regalamos a la hinchada de cualquier club de fútbol.
Yo solo le pido compañere que no nos pidan coherencia porque no la necesitamos, esa coherencia de la que usted se jacta se la metieron en las escuelitas de formación donde la pirámide de la hegemonía dice clase trabajadora. Claro que tenemos contradicciones, día a día: cojemos con todos mezclados en nuestras instituciones, en nuestras camas, en las plazas, en las comisarías, en los descampados, pero no andamos pidiendo coherencia, sólo vamos por nuestra hermosa existencia que tiene mucho de sororidad, o solaridad si le gusta más que es lo contrario a la complicidad machista.
Que su orga no se pudra del todo, que su planteo no quede del lado de la iglesia a la hora de hablar desde los pobres y las clases obreras, que el feminismo y la mariconada le tienen reservado un lugar en la lucha, pero no adelante sino rompiéndose la cabeza para matar el macho. Y no se preocupe no lo queremos matar a usted, eso de paredón paredón es un canto de lucha, matar el macho que hay en vos ¡No a vos!
Y sepan todos, todas y todes, que estaremos el 8 de agosto para que se apruebe el derecho de las personas gestantes a tener aborto legal, seguro y gratuito, porque si cree que es sólo un derecho para las blancas, no entendió nada. Nosotras vamos por todas las libertades, las sexuales, las de las vidas gozozas, plenas y llenas de felicidad porque no queremos que ninguna marica ni femineidad tenga que pasar por todo lo que hemos pasado: nadie tiene que sufrir más, nadie más tiene que morir por el machismo. Hoy es el momento de ser lo más bochornosamente felices que debamos ser.
Ningún clóset más!
Salí de la heterosexualidad obligatoria!

Notas

1. Néstor Perlongher. Se hacía llamar “la rosa” en clara mencion a Rosa Luxemburgo. Activista del Grupo Eros, y uno de los fundadores del FLH (Frente de Liberación Homosexual). Poeta y escritor neobarroco. Fue un entusiasta activista de la causa de la iberación sexual en los años setenta. Exiliado en Brasil realizó su tesis doctoral sobre la prostitución masculina.
2. Manuel Puig. Escritor argentino conocido internacionalmente. Uno de sus garndes obras “El beso de la mujer araña”, editado en 1976, trata sobre la relación dentro de una celda, de una marica y un revolucionario. Apoyó al FLH económicamente.
3. Valeria de Mar Ramírez. Primera travesti de la provincia de Buenos Aires que diera testimonio en los juicios de Lesa Humanidad. Estuvo detenida en dos oportunidades en el denominado ex CCD Pozo de Banfield, junto a otras travestis de las cuales no hay noticias de su paradero. En la actualidad se encuentra litigando con el Estado por una reparación económica.
4. Carlos Jáuregui. Primer presidente de la CHA (Comunidad Homosexual Argentina) en el año 1984. Fue el pionero de la visibilidad de la comunidad LGTBI en Argentina. Amigos entrañables junto a Lohana Berkins, trava fundadora de la lucha travesti en Latinoamérica. En los años noventa militó en contra la estigmatización de las comunidad a partir de la pandemia del HIV SIDA.
5. Diana Sacayán. Activista travesti argentina. Fundadora del MAL (Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación). Promotora de la Ley de Cupo Laboral Trans, que hoy lleva su nombre en la provincia de Buenos Aires. Asesinada en el año 2015. En el juicio por el esclarecimiento de su travesticidio se dio perpetua al único enjuiciado por “homicidio agravado por odio de género y violencia de género”.
6. La “Moma”, Carolina Gonzalez Abad, mujer trans platense asesinada en el año 2011 en la zona roja. Compañera aguerrida y luchadora.  El juicio por su travesticidio en el año 2018, llega a fojas cero.

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