El día que llegaste a casa sólo con las ansias de pasar un buen momento sexual, te pregunté si querías agua y me dijiste que no. Siempre me pongo muy nervioso cuando invito a un partener a mi casa, no sé si tengo que seducir o directamente tocarle el bulto y decir que chori me voy a comer, o mejor sonreír y esperar a que vengan a tocarme al lado del calefactor, el mejor lugar en el invierno con culo frío.
Como era tarde y al otro día me levantaba temprano, fui s besarte yo cuando todavía estabas cerca de la puerta. Me miraste y me dijiste con la mirada pará, y te sacaste la campera y te sentaste en mi cama que hace las veces de sillón y te acomodaste. Chapamos un rato, franeleamos otro rato y en un momento me miraste y medio cuchareando me preguntaste: - ¿En qué momento de tu vida estás? Yo me acosté de costado mirándote y te dije:
- Ah bueno, qué pregunta. ¿Te contesto de verdad, tratando de pensar seriamente lo que te voy a decir, o te miento?
- No, contame posta.
Y ahí te conté que andaba muy bien, seguro que el muy estaba demás, pero dije certeramente muy bien. Que era un año de cambios, como el slogan del gobierno, pero no tan careta. Creo que conté del viaje relámpago a Brasil y ahí comenzaste a hablar vos sobre tu año: que era la primera vez que te ibas a ir de vacaciones solo, que tenías una hija de 15 años, yo ahí saqué cuentas rápido y dije uh este pibe la puso a los 19 y no se cuidó. Y también me dijiste que nunca habías tenido pareja.
Ahí seguimos chapando, hicimos cucharita, volvimos a chapar y cogimos, para qué estábamos sino. Nos dormimos un rato y una vez más nunca me dormí del todo. En un momento te despabilaste y dijiste de irte. Igual me estoy olvidando de algo. Después del acto sexual, fuiste a sacarte el forro, volviste del baño y te comenzaste a poner la remera y los calzones y me aclaraste:
- No te preocupes, me estoy vistiendo porque tengo frio, no es que me voy.
En el momento pensé que era una frase acertada para alguien que recién conocía y me la había puesto hasta el fondo. Y también me tranquilizó, como promesa de una cita más en el invierno de primarias y suicidios adolescentes.
Ahí sí te fuiste, y me dijiste nos escribimos, deja yo te escribo. Y así fue, me escribiste al otro día y nos vimos al otro día. Ya estabas con una pata en el bondi que te iba a llevar de vacaciones. Relajado eras tan lindo, risa hermosa y enorme y siempre buena onda. Dormimos cuchara, creo que la segunda vez no cogimos. Ya me olvidé.
Y te fuiste y como con una necesidad de llenar espacios que nuca tuviste, y que yo ya había liberado para hacer otras cosas, nos escribimos como dos tortolitos enamorados esos diez días de tus vacaciones. Fotito andando en bicicleta, un emoticón, foto de las sierras de córdoba, otro emoticones con corazón violeta. Debo confesar que desde que aprendí a usar los emoticones, me da mucha paja escribir palabras, y me siento más representado con los emoticones de caritas con felicidad dada vuelta, con el de la duda, el payaso feliz, las caritas de muñecos haciendo yoga o meditando, etc. Foto del charango que te querés comprar, emoticón, foto del asado con los pibes del hostel, emoticón. ¿Me habré pasado de emoticones me pregunto yo, ahora con todos los hechos bajo la lupa?
Me invitaste varias veces a que te vaya a ver y pasar un par de días en tus vacaciones. Yo te dije como varias veces que no me insistieras, ya que era muy fácil de convencer. Y nada ya me había gastado el aguinaldo y me quedaban moneditas para llegar a fin de mes. Me dijiste ya vamos a viajar juntos. A mi e pasa algo raro con esas promesas que se hace a cinco días de habernos conocido y que te motivan, pero decís, acá falta sustento, no me a creo, no sé si sos homofóbico todavía o medio facho, y ya estamos pensando que podemos viajar juntos. Ni hablar que me tendría que acostumbrar a cagar cerca de ti para irnos de viaje, pero bueno la insistencia después de la segunda invitación, bajó y ya se estaba por terminar tu estadía.
Llegaste un miércoles, yo en el medio me hice una paja pensando en vos, y dije qué bueno, una cara con cuerpo para alimentar fantasías. Y llegaste un miércoles, sí, eso ya lo dije, hablo de las pajas y me pierdo un poco. Llegaste me mandaste un mensaje y me dijiste de vernos y te dije dale, y seguro puse un emoticón, el del ojos guiñando y algún corazón seguro también.
Llegaste a casa y estaba con una amiga fumada, que tenía otros tiempos. No se iba más, yo ya no le daba charla y ella me preguntaba: contame algo más cris, hace veinte días que no nos vemos. Y yo previamente le había dicho, ahora está por caer el flaco que te conté, con el que pegamos onda y llegó hoy de sus vacas. Y seguías hablando como si nada, hasta que se te paso un poco y te fuiste. Igual tu despedida duró bocha.
Ahí, una vez los dos solos en casa, el reencuentro, sin emoticón solo vos y yo, nos fuimos a las manos un rato y después a la cama. Y charlamos un poco, yo realmente no tenía mucho para contarte: de trabajo a casa, de la casa al trabajo, fui al cine, emoticón, día del amigo un guiso y ya está. A un chabón de 38 años, no le pasan cosas tan alocadas últimamente. Lo más copado era que me había comprado una cámara, que estaba sacando fotos y que en la cuenta corriente tenía cero pesos.
Me contaste de tu viaje, de la gente que conociste, y a cada rato decías qué loco, te llevabas la mano a la cabeza y te quedabas como ido. Yo para seguirte la corriente estoy mandado a ser, pero nada, tu tono cancherito ya me estaba casando y me repetí: viví el presente, viví el presente, este pibe puede ser tu polvo de domingo, tú cuchareo de invierno y tu algo.
Me dijiste que estabas flashado. Tengo un problema particular y personal con la gente que en vez de decir flasheado, dice flashado. No sé, me cambia el humor, siento que hablan mal, que esa moda no me va, que están diciendo hermano sin H, o sapo con z. Cuando logro superar ese traspié, pienso que yo solo respondo emoticones y me hermano con la humanidad.
Por suerte en un momento comenzó el cachondeo. Pintó el cachondeo. Beso por aquí, beso por allá y había algo que me había molestado, y que no me acordaba que era eso, el loquito me llevaba siempre la mano a su pija, la mano a la pija, y yo el emoticón. Me desconcentra que me lleves la mano a la pija, y que nada surja espontáneamente. Nos sacamos todo y en un momento me preguntaste si tenía sano e culo, en el interin me habían agarrado hemorroides, la segunda pandemia mala leche de los putos. Le dije que estaba medio averiadito, que prefería que no. Ahí cambió un poquito e clímax, y yo debería haberte tirado besitos con corazones.
Nos masajeamos ambos las pipi y le dije que me esperara, que acabemos juntos, le pregunte donde le gustaba eyacular y me dijo donde quieras, y le dije bueno en el pecho. Así fue, se levantó al baño, se lavó y después fui yo. Cuando recién habría la canilla para lavarme la leche de los dos, siento su voz diciendo: bueno me voy yendo…
Ahí debería haberle puesto una imagen de emoticón con cara de caca. Bueno, espera que llegue hasta allá y me cambie, dale man? Fue mi respuesta. Me vestí medio apurado y sorprendido, pero no me salía decirte che que te paso, está todo bien, me perdí de algo, etc. etc.
Hice la pregunta de rigor de no te olvidas nada no, me dijiste y salimos al patio. Hicimos 20 pasos y te habías olvidado el gorrito, la bufanda. Volvimos y una vez afuera me dijiste yo te escribo, emoticón de todo bien.
Volví a casa, y comencé a reírme. Observé hacia atrás y miré la peli en menos de dos minutos y dije, realmente no sé lo que pasó. Me acordé las veces que yo me fui corriendo de una cita, cuando me gustaban mucho, poquito o nada. Todxs tenemos derecho a salir corriendo me dije, y me dije también: por suerte no fui a verlo a las sierras. Por suerte viví el presente y me fui a tomar unas birras con mis amigas. Conté lo sucedido y lo primero que me preguntaron es si había puesto mucho emoticones en las charlas x guasap, yo les dije que sí pero me parecía que no tenía que ver con eso. El flaquito nunca había tenido pareja, recién llegaba de sus vacaciones solo y encima flashaba locura con A, al estar tan bien con alguien.
Monito con las manos en los oídos
Monito con las manos en los ojos
Monito con las manos en la boca
Corazón violeta, payaso loco y carita con lentes.
Como era tarde y al otro día me levantaba temprano, fui s besarte yo cuando todavía estabas cerca de la puerta. Me miraste y me dijiste con la mirada pará, y te sacaste la campera y te sentaste en mi cama que hace las veces de sillón y te acomodaste. Chapamos un rato, franeleamos otro rato y en un momento me miraste y medio cuchareando me preguntaste: - ¿En qué momento de tu vida estás? Yo me acosté de costado mirándote y te dije:
- Ah bueno, qué pregunta. ¿Te contesto de verdad, tratando de pensar seriamente lo que te voy a decir, o te miento?
- No, contame posta.
Y ahí te conté que andaba muy bien, seguro que el muy estaba demás, pero dije certeramente muy bien. Que era un año de cambios, como el slogan del gobierno, pero no tan careta. Creo que conté del viaje relámpago a Brasil y ahí comenzaste a hablar vos sobre tu año: que era la primera vez que te ibas a ir de vacaciones solo, que tenías una hija de 15 años, yo ahí saqué cuentas rápido y dije uh este pibe la puso a los 19 y no se cuidó. Y también me dijiste que nunca habías tenido pareja.
Ahí seguimos chapando, hicimos cucharita, volvimos a chapar y cogimos, para qué estábamos sino. Nos dormimos un rato y una vez más nunca me dormí del todo. En un momento te despabilaste y dijiste de irte. Igual me estoy olvidando de algo. Después del acto sexual, fuiste a sacarte el forro, volviste del baño y te comenzaste a poner la remera y los calzones y me aclaraste:
- No te preocupes, me estoy vistiendo porque tengo frio, no es que me voy.
En el momento pensé que era una frase acertada para alguien que recién conocía y me la había puesto hasta el fondo. Y también me tranquilizó, como promesa de una cita más en el invierno de primarias y suicidios adolescentes.
Ahí sí te fuiste, y me dijiste nos escribimos, deja yo te escribo. Y así fue, me escribiste al otro día y nos vimos al otro día. Ya estabas con una pata en el bondi que te iba a llevar de vacaciones. Relajado eras tan lindo, risa hermosa y enorme y siempre buena onda. Dormimos cuchara, creo que la segunda vez no cogimos. Ya me olvidé.
Y te fuiste y como con una necesidad de llenar espacios que nuca tuviste, y que yo ya había liberado para hacer otras cosas, nos escribimos como dos tortolitos enamorados esos diez días de tus vacaciones. Fotito andando en bicicleta, un emoticón, foto de las sierras de córdoba, otro emoticones con corazón violeta. Debo confesar que desde que aprendí a usar los emoticones, me da mucha paja escribir palabras, y me siento más representado con los emoticones de caritas con felicidad dada vuelta, con el de la duda, el payaso feliz, las caritas de muñecos haciendo yoga o meditando, etc. Foto del charango que te querés comprar, emoticón, foto del asado con los pibes del hostel, emoticón. ¿Me habré pasado de emoticones me pregunto yo, ahora con todos los hechos bajo la lupa?
Me invitaste varias veces a que te vaya a ver y pasar un par de días en tus vacaciones. Yo te dije como varias veces que no me insistieras, ya que era muy fácil de convencer. Y nada ya me había gastado el aguinaldo y me quedaban moneditas para llegar a fin de mes. Me dijiste ya vamos a viajar juntos. A mi e pasa algo raro con esas promesas que se hace a cinco días de habernos conocido y que te motivan, pero decís, acá falta sustento, no me a creo, no sé si sos homofóbico todavía o medio facho, y ya estamos pensando que podemos viajar juntos. Ni hablar que me tendría que acostumbrar a cagar cerca de ti para irnos de viaje, pero bueno la insistencia después de la segunda invitación, bajó y ya se estaba por terminar tu estadía.
Llegaste un miércoles, yo en el medio me hice una paja pensando en vos, y dije qué bueno, una cara con cuerpo para alimentar fantasías. Y llegaste un miércoles, sí, eso ya lo dije, hablo de las pajas y me pierdo un poco. Llegaste me mandaste un mensaje y me dijiste de vernos y te dije dale, y seguro puse un emoticón, el del ojos guiñando y algún corazón seguro también.
Llegaste a casa y estaba con una amiga fumada, que tenía otros tiempos. No se iba más, yo ya no le daba charla y ella me preguntaba: contame algo más cris, hace veinte días que no nos vemos. Y yo previamente le había dicho, ahora está por caer el flaco que te conté, con el que pegamos onda y llegó hoy de sus vacas. Y seguías hablando como si nada, hasta que se te paso un poco y te fuiste. Igual tu despedida duró bocha.
Ahí, una vez los dos solos en casa, el reencuentro, sin emoticón solo vos y yo, nos fuimos a las manos un rato y después a la cama. Y charlamos un poco, yo realmente no tenía mucho para contarte: de trabajo a casa, de la casa al trabajo, fui al cine, emoticón, día del amigo un guiso y ya está. A un chabón de 38 años, no le pasan cosas tan alocadas últimamente. Lo más copado era que me había comprado una cámara, que estaba sacando fotos y que en la cuenta corriente tenía cero pesos.
Me contaste de tu viaje, de la gente que conociste, y a cada rato decías qué loco, te llevabas la mano a la cabeza y te quedabas como ido. Yo para seguirte la corriente estoy mandado a ser, pero nada, tu tono cancherito ya me estaba casando y me repetí: viví el presente, viví el presente, este pibe puede ser tu polvo de domingo, tú cuchareo de invierno y tu algo.
Me dijiste que estabas flashado. Tengo un problema particular y personal con la gente que en vez de decir flasheado, dice flashado. No sé, me cambia el humor, siento que hablan mal, que esa moda no me va, que están diciendo hermano sin H, o sapo con z. Cuando logro superar ese traspié, pienso que yo solo respondo emoticones y me hermano con la humanidad.
Por suerte en un momento comenzó el cachondeo. Pintó el cachondeo. Beso por aquí, beso por allá y había algo que me había molestado, y que no me acordaba que era eso, el loquito me llevaba siempre la mano a su pija, la mano a la pija, y yo el emoticón. Me desconcentra que me lleves la mano a la pija, y que nada surja espontáneamente. Nos sacamos todo y en un momento me preguntaste si tenía sano e culo, en el interin me habían agarrado hemorroides, la segunda pandemia mala leche de los putos. Le dije que estaba medio averiadito, que prefería que no. Ahí cambió un poquito e clímax, y yo debería haberte tirado besitos con corazones.
Nos masajeamos ambos las pipi y le dije que me esperara, que acabemos juntos, le pregunte donde le gustaba eyacular y me dijo donde quieras, y le dije bueno en el pecho. Así fue, se levantó al baño, se lavó y después fui yo. Cuando recién habría la canilla para lavarme la leche de los dos, siento su voz diciendo: bueno me voy yendo…
Ahí debería haberle puesto una imagen de emoticón con cara de caca. Bueno, espera que llegue hasta allá y me cambie, dale man? Fue mi respuesta. Me vestí medio apurado y sorprendido, pero no me salía decirte che que te paso, está todo bien, me perdí de algo, etc. etc.
Hice la pregunta de rigor de no te olvidas nada no, me dijiste y salimos al patio. Hicimos 20 pasos y te habías olvidado el gorrito, la bufanda. Volvimos y una vez afuera me dijiste yo te escribo, emoticón de todo bien.
Volví a casa, y comencé a reírme. Observé hacia atrás y miré la peli en menos de dos minutos y dije, realmente no sé lo que pasó. Me acordé las veces que yo me fui corriendo de una cita, cuando me gustaban mucho, poquito o nada. Todxs tenemos derecho a salir corriendo me dije, y me dije también: por suerte no fui a verlo a las sierras. Por suerte viví el presente y me fui a tomar unas birras con mis amigas. Conté lo sucedido y lo primero que me preguntaron es si había puesto mucho emoticones en las charlas x guasap, yo les dije que sí pero me parecía que no tenía que ver con eso. El flaquito nunca había tenido pareja, recién llegaba de sus vacaciones solo y encima flashaba locura con A, al estar tan bien con alguien.
Monito con las manos en los oídos
Monito con las manos en los ojos
Monito con las manos en la boca
Corazón violeta, payaso loco y carita con lentes.
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